Retiro de la Comunidad: Un Encuentro de Unidad, Espiritualidad y Fe
El retiro de servidores de la Parroquia Santa María del Camino, por invitación de nuestro Párroco Alessandro Alessi, se llevó a cabo en el hermoso Santuario Mariano Nuestra Señora de la Peña el pasado sábado 24 de agosto. El propósito del encuentro fue fortalecer la comunión entre los distintos grupos que, desde sus orígenes como capilla-garaje hace 27 años hasta la construcción del templo, han venido prestando su apoyo al crecimiento y consolidación de la comunidad de nuestra Parroquia. En palabras del Padre Alessandro: “aunque todos entregamos un servicio, unidos por la fe y el deseo de servir, también necesitamos alimentar nuestro espíritu para encontrar fortaleza y enriquecernos en Cristo, verdadero alimento que nos sacia”. El retiro nos permitirá continuar acompañando a los 30 grupos así como a todos aquellos que buscan a Dios en los servicios religiosos. Como hacen los sacerdotes en su carisma, vocación y misión pastoral, también nosotros debemos nutrirnos espiritualmente como comunidad.
Asistieron 80 personas, de la Lectio divina (6), nuevos lectores (3), centro de escucha (6), ministros extraordinarios de la comunión (24), pastoral de la salud (8), más nuevos colaboradores del Rosario de Sor Tulia (28), quienes confeccionan rosarios para regalar en fechas especiales como el Día del Padre y el Día de la Madre; hoy trajeron varios para entregar al rector del Seminario de Guadalupe.
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Un Lugar de Fe y Simbolismo
La primera charla se llevó a cabo en un salón del seminario. Uno de los lugares más impactantes fue la Capilla del Santísimo en el Seminario Arquidiocesano Misionero Redemptoris Mater, cuya estructura evoca un profundo simbolismo. Sus paredes corrugadas, similares al útero de una mujer donde el óvulo fecundado se adhiere, representan la gestación en la fe y fortaleza necesarias para la correcta formación de los feligreses y futuros pastores. El tabernáculo, tallado en mármol duro, frío y resbaladizo, es una metáfora del corazón humano antes de recibir la palabra de Dios. La puerta de oro del tabernáculo, ubicada en medio del mármol, simboliza la entrada de Jesús, quien llega a nosotros a través de su palabra y su cuerpo en la Eucaristía.
La Belleza de los templos como Reflejo de lo Divino
El Seminario en colaboración con el Seminario Mayor de Bogotá, se dedica a la formación de seminaristas bajo la dirección del Obispo. Su principal característica es la belleza de sus templos, que nos acerca a la de Jesucristo, independientemente del estatus social del lugar. Aunque originalmente era un ancianato con condiciones precarias, el seminario ha prosperado con el tiempo y ahora alberga a 50 seminaristas, algunos en misión nacional e internacional. Con casi 20 años de historia, se han ordenado 34 sacerdotes y posiblemente se ordenarán a 4 más este diciembre. Todos ellos se encuentran en misión en Bogotá.
El Seminario es dirigido por Monseñor José Vicente Sandino de 73 años quien goza de muy buena salud y ha vivido una vida llena de experiencias notables. El Padre Alessandro nos relata: “pasó cinco años en Tierra Santa, donde ayudó a construir una casa de retiros en Galilea. Actualmente, es canónigo de la Catedral, cercano a la liturgia y comprometido con una promesa de oración constante y con la formación de futuros pastores, participando activamente en la vida de la Iglesia”.
Antes de sentir el llamado y entrar al seminario, Monseñor ejercía su profesión de arquitecto. Su talento en la arquitectura lo llevó a recibir un premio en Brasil por combinar la arquitectura con la naturaleza. Este enfoque se refleja en el Seminario, que cuenta con numerosos oasis de naturaleza que dan belleza al lugar. Gracias a su visión innovadora puso a disposición de la fe su profesión de arquitecto especializado en paisajismo para llenar de belleza el templo de Dios. El Padre Alessandro termina: "La parroquia debe reflejar la belleza para que la oración en un lugar digno nos brinde un verdadero encuentro con el Hijo de Dios"
Profundizando la Espiritualidad en la Formación de los Seminaristas
Los seminaristas contribuyen activamente en los dos santuarios: el de Nuestra Señora de la Peña, patrona de Bogotá, y la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe, ubicada a 1 hora y media a pie.
En el Seminario, los seminaristas siguen dos reglas esenciales: primero, no pueden usar celulares hasta que sean ordenados; segundo, no manejan dinero propio, ya que la Iglesia es providente. Estas normas ayudan a evitar distracciones y preocupaciones financieras que podrían desviar su vocación, experimentando la providencia de Dios.
Durante su formación, los seminaristas participan en la lectio divina y cada uno tiene un trono, recordando que, por el bautismo, son dignos de la realeza de Dios. Oran frente al Santísimo, inspirados por la tradición judía en la que la palabra de Dios es como la esposa. El cono sobre sus cabezas representa al Espíritu Santo que desciende al corazón de cada uno durante su proclamación.
Se proclama el Evangelio de la jornada para meditar en silencio: Juan 6, 1-15 (La multiplicación de los panes)
Testimonios de Milagros y de Fe Viva
La segunda charla tuvo lugar en la Capilla del Santuario de la Peña. Este antiguo Santuario, terminado en 1722, está construido en bareque, sin estructura metálica. El Padre Strubberg promovió el lugar, prometiendo a la Virgen la formación de una comunidad y en su lugar le pidió que protegiera a su familia durante la Segunda Guerra Mundial en Europa. Tras su muerte, el santuario fue olvidado, pero el seminario lo ha revitalizado. Ahora, los domingos se celebran dos misas llenas, a las 12 y a las 4 p.m., y el lugar atrae a muchos turistas. Entre semana está cerrado, pero se puede reservar para grupos grandes los sábados. Antiguamente, los sacerdotes recién ordenados solían poner su nombre en el corazón del santuario, que también está vinculado a la Sagrada Familia y al arcángel San Gabriel. El lugar es escenario de milagros.
El Padre Alessandro nos cuenta una historia conmovedora sobre Monseñor José Vicente. En 2009, Monseñor viajó a Italia para ayudar después del terremoto en Abruzzo. Allí contrajo una bacteria, al volver al país y sintiéndose enfermo, los exámenes indicaron que podía tener cáncer de hígado. La noticia fue devastadora y muchos empezaron a despedirse de él. Después de pedir otro diagnóstico, se descubrió que era una infección en el hígado, que había infectado otros órganos por la demora. Los médicos encontraron 4 litros de pus en su cuerpo. En respuesta a la grave situación, se inició una jornada de oración de 15 días a la Virgen de la Peña, pidiendo también la intercesión de Monseñor Ismael Perdomo, Arzobispo de Bogotá, quien está en proceso de beatificación y originario del mismo pueblo de Monseñor Sandino, Gigante (Huila).
Milagrosamente, después de varios tratamientos que por entonces se consideraban experimentales y tras haber sido desahuciado, Monseñor se recuperó, lo que los médicos y testigos consideraron un verdadero milagro. Posteriormente, el médico que lo atendió y su esposa, quienes habían estado intentando tener un hijo durante años, también pidieron ayuda en el santuario. Un año después, ella quedó embarazada y hoy tienen dos hijos.
Después de la misa y como un detalle especial para la comunidad, se nos permitió tocar la roca sagrada en la capilla para pedir una gracia. La comunidad participó en una procesión para tocar la piedra de la Virgen, lo cual fue un gran honor.
Dedicar la vida a la Evangelización
Finalmente, terminamos la tercera charla en uno de los salones del Seminario. El Padre Alessandro nos habló del Cardenal Francois Xavier Van Thuan, quien dedicó su vida a la evangelización y la Iglesia. A pesar de pasar 13 años en prisión en Vietnam, el Cardenal Van Thuan nunca perdió su fe. Recordaba 300 citas bíblicas y, en condiciones extremas, recibía la comunión escondida en una botellita con un supuesto remedio para el estómago y hostias escondidas en una linterna. Aunque inicialmente fue maltratado por los guardias, logró convertir a varios de ellos a través de su ejemplo y su conversación. Fue liberado el 15 de agosto de 1975, día de la Asunción. El Papa Francisco lo declaró Venerable en 2017. El Cardenal decía: “Vivo el presente colmándolo de amor”, “Después de mi primer amor Jesucristo, la virgen María”.
El Padre Alessandro nos recomendó dos libros del Cardenal para profundizar en su vida y enseñanzas: “Cinco Panes y Dos Peces” y “Testigos de esperanza”.
Luego, compartimos el almuerzo con varios seminaristas en el comedor.