¿Cómo Realizar Una Buena Confesión?

La confesión es el sacramento por el cual el Padre Celestial, por los méritos de Jesucristo, acoge de nuevo al hijo que vuelve arrepentido y borra los pecados de la vida pasada; es el principal medio para evitar las caídas y corregir nuevos defectos.
Este artículo puede ser de gran ayuda para todos aquellos que llevan mucho tiempo sin penitencia y buscan reconciliarse con Dios.
Explicación Del Sacramento De La Reconciliación: Penitencia Y Confesión.
“Dios, Padre misericordioso, que reconcilió consigo al mundo, por la muerte y resurrección de su Hijo, y derramó el Espíritu Santo para la remisión de los pecados, te conceda, por el ministerio de la Iglesia, el perdón y la paz”.
Esta es la oración que todo Sacerdote reza antes de dar la absolución.
Se llama Sacramento de reconciliación porque establece la paz entre la persona y Dios, y la persona y la comunidad de la Iglesia. “A quienes les perdonen los pecados les quedarán perdonados; a quienes los retengan les quedarán retenidos” Juan 20, 23. “Les aseguro que lo que ustedes aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desaten en la tierra quedará desatado en el cielo” Mateo 18, 18. Pero no todos pueden perdonar los pecados, Jesús le confiere a la Iglesia el don del perdón a través del Espíritu Santo en sus apóstoles.
Tiene relación directa a la existencia humana brindando consuelo y fortalecimiento:
- De la ofensa al perdón.
- De la transgresión a la rehabilitación.
- De la desesperación a la esperanza.
- De la angustia a la paz interior.
La confesión reconforta, da paz y alivia en la penitencia por la fragilidad, las transgresiones, las ofensas, las tristezas, la depresión, la frustración y las divisiones; para dar aliento, sostén, espacio a la confianza y la alegría.
“Cuando disminuyen las confesiones, aumenta la angustia existencial”. Martini (2006)
¿Por Qué Nos Confesamos Ante El Sacerdote?
Una de las características de la confesión es la autoacusación de la culpa, el miedo y el remordimiento ante el Sacerdote; indicando un aspecto de aceptación del pecado, dolor, arrepentimiento y purificación por las faltas cometidas, que forma parte del proceso de conversión y rehabilitación.
¿Cómo Prepararme Correctamente Para Confesar Mis Pecados?
Las condiciones para hacer una buena confesión son: oración, examen, dolor, propósito, satisfacción y acusación. La confesión debe realizarse de tal modo que ayude a superar la angustia y a devolver la paz y la serenidad.
Aquí te recomendamos algunas acciones que pueden ayudar a organizar los pensamientos y las emociones:
Antes de la confesión.
Reza la siguiente oración de preparación:
“Dios mío, heme aquí de nuevo con el ánimo de recibir el Sacramento de la penitencia. Bajo tu mirada voy a examinar mi conciencia. Dame tu luz para ver mis pecados y tu gracia para que me acerque con toda confianza al sacerdote que está aquí como tu representante. Ayúdame a reconocer bien mis pecados y a encontrar en lo posible la causa. Has que los deteste sinceramente y que me corrija. Virgen María concédeme ser sincero en mi confesión y renacer a la gracia de una manera más generosa y entusiasta. Amén”.
Pregúntate y responde con sinceridad para una confesión de alabanza:
- ¿Qué debo agradecer a Dios?
- Como obre de Dios en mi: ¿Qué encuentro en mi vida que sea bueno?
- ¿Por qué debería estar agradecido con Dios?
Realiza un examen de conciencia para una confesión de vida:
Examen de conciencia para niños y adolescentes.
Papá Dios nos ofrece cada día su amistad para crecer en su amor.
- ¿Hago siempre mis oraciones? o, por el contrario, ¿Me aburre el rezar?
- Jesús nos dice que nos amemos como Él nos ha amado. ¿Soy egoísta o envidioso?
- Jesús nos dio un corazón grande para olvidar las ofensas recibidas. ¿Sé perdonar?, ¿Peleo con mis compañeros?, ¿Hablo mal de ellos?
- Jesús fue siempre obediente y sincero con José y María. ¿Comprendo que la obediencia me ayuda a ser bueno?, ¿Digo mentiras?
- Jesús me invita a la Santa Misa. ¿Busco participar bien en ella?
- Mi cuerpo y el de los demás es un don de Dios y templo del Espíritu Santo. ¿Trato mi cuerpo y el de los demás con respeto?, ¿Evito las conversaciones ociosas y groseras?
- El Señor pide mi colaboración para crear un mundo mejor. ¿Cómo cumplo mis deberes en la casa y en el colegio?, ¿Ayudo a mis padres, hermanos y compañeros?, ¿Me dejo llevar por la pereza?
- El Señor ha puesto a mi lado muchas personas que me ayudan a crecer. ¿Sé escuchar y agradecer a mis padres, profesores y demás personas que se preocupan por mí?
Examen de conciencia para jóvenes y adultos.
- ¿Voy al Sacramento de la Reconciliación con sincero deseo de purificación, renovación de mi vida y amistad más profunda con Dios? o, por el contrario, ¿Lo considero como una carga que se ha de recibir muy raras veces?
- ¿Me olvidé o callé de propósito en las pasadas confesiones algún pecado grave?
- ¿Cumplí la penitencia que me fue impuesta?
- ¿Reparé las injusticias que acaso cometí?
- ¿Me esforcé en llevar a la práctica el propósito de enmendar mi vida según el Evangelio?
Piensa en los 10 Mandamientos: ¿Has faltado a alguno?

Sobre el amor de Dios:
- ¿Dios ocupa el primer lugar en mi vida o vivo como si Él no existiera?
- ¿Confío en su amor y su providencia o busco seguridad en otras cosas materiales como el dinero, las personas, la carrera, la magia, el espiritismo y las supersticiones?
- ¿Atribuyo a Dios mis desgracias, blasfemo y vivo siempre enojado con Él?
- ¿Encuentro espacio para la oración diaria o solo cuando me conviene?
- ¿Leo la Biblia, el Evangelio?, ¿Trato de conocer y de profundizar sobre mi fe?
- ¿Participo habitualmente en la celebración de la misa dominical y en las fiestas de precepto, para nutrir mi fe con la palabra de Dios, para recibir la comunión y ofrecer mi vida en unión con el sacrificio de Cristo al Padre?
- ¿Qué me gustaría cambiar en mí delante de Dios?
- ¿Qué hay en mí que no es digno de Él?
- ¿Cuáles son mis faltas, errores, actitudes que obstaculizan, turban mi vida y oscurecen mi relación con Dios? (Soberbia, Avaricia, Lujuria, Ira, Gula, Envidia, Pereza).
Sobre el amor al prójimo:
- Si he recibido alguna ofensa, ¿He perdonado de corazón o aún guardo rencor, odio y deseos de venganza?
- ¿He ofendido a los demás con malas palabras?
- ¿Respeto mi vida y la de los demás, especialmente la de los más débiles e indefensos?
- ¿Soy prepotente o violento con los amigos, en familia y en la sociedad?
- ¿He aconsejado, cometido o aprobado un aborto?
- ¿He consumido o he promovido el consumo de drogas y otras sustancias alucinógenas?
- ¿He exagerado en la comida, en el consumo de cigarrillos y bebidas alcohólicas, en las diversiones y juegos de azar, en los gastos superfluos?
- ¿Conduzco con prudencia o pongo en peligro mi vida y la de los demás?
- ¿Acojo y presto ayuda y tiempo a las personas más necesitadas, a los ancianos, a los pobres, a los enfermos, a los desplazados, o pienso solo en mí mismo?
- En familia, ¿Soy sereno, amable, disponible, activo y respetuoso hacia los padres?
- ¿Favorezco el diálogo con mi pareja y con mis hijos, dedicándoles el tiempo necesario?
- ¿Me comprometo a educar a mis hijos en la fe, en la oración y en la honestidad? o, por el contrario ¿Solo hablo de dinero y de problemas, negando las bendiciones que Dios me ha brindado?
- ¿Hago buen uso y enseño a utilizar debidamente el Internet, los dispositivos electrónicos y otros instrumentos que la tecnología ofrece?
- ¿Soy fiel a mi pareja?, ¿Mi vida sexual es siempre expresión de amor?, ¿Veo en mi prójimo a una persona para amar y servir? o, por el contrario, ¿Solo como un objeto para poseer?
- ¿Respeto la relación y la fidelidad de otras parejas?
- ¿Me he apropiado indebidamente de las cosas ajenas?
- ¿Respeto los bienes que pertenecen a la sociedad para el bien común como las calles, el transporte público, lugares y edificios?
- ¿Cumplo con mis deberes en el trabajo y en el estudio siempre con buena actitud?
- ¿Soy honesto con los demás y con el Estado?, ¿Favorezco la injusticia y la corrupción?
- ¿Respeto la naturaleza y el ambiente donde vivo?
- ¿He jurado en falso?, ¿Engaño a mi prójimo con mentiras?, ¿Lo acuso injustamente?, ¿Hablo mal de el o fomento el chisme?
- ¿Soy propenso a la ira y a juzgar a los demás?, ¿Soy egoísta, celoso, envidioso, soberbio, maleducado?
- ¿Actúo en contra de mi conciencia por miedo o por hipocresía?
- ¿Cuáles son los mayores obstáculos que encuentro para perdonar al otro “hasta setenta veces siete”?
Durante la confesión.
Saluda al sacerdote.
Has la señal de la cruz. “Por la señal de la Santa Cruz; de nuestros enemigos; líbranos, Señor nuestro”.
Inicia tu confesión: “Padre. Perdóneme porque he pecado contra Dios y mis hermanos”.
Confiesa tus pecados según el examen de conciencia a manera de charla con el Sacerdote quien puede o no intervenir durante tu confesión.
Reza el Acto de Contrición: “Jesús, mi Señor y Redentor. Yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar, y confío en que, por tu infinita misericordia, me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén”.
El Sacerdote extendiendo su mano, te absuelve y respondes: Amén.
Después de recibir la absolución, el Sacerdote dice: “Da gracias al Señor porque es bueno”. Y tu respondes: “Porque es eterna su misericordia”.
El Sacerdote se despide diciéndote: “El señor ha perdonado tus pecados. Vete en paz”.
Inmediatamente después de la confesión.
Cumple tu penitencia para una confesión de fe.
Reza la siguiente oración para que la verdad entre a apaciguar el interior de tu vida con la gracia del Espíritu Santo: “Dios mío, tú que eres omnipotente, borra en mí estos pecados, estos sentimientos de envidia, de venganza, de celos, de ambición, de amargura, perdóname y purifícame por el ministerio de la Iglesia”.
Finalmente, confía en la Santísima Virgen para que obtengas reconciliación y paz.
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Referencias:
Martini, Carlo María. (2006). Los Sacramentos. Encuentro con Cristo e instrumento de comunicación. Catequesis para la cuaresma. Bogotá: Editorial San Pablo.
Miotto, Vicente. (2021). Mi Libro de Oraciones (4ta ed.). Bogotá: Editorial San Pablo.